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Historia
Sabanalarga, degradada
La historia nos mostró a
Sabanalarga en su época
de villa hidalga, como
tierra virtuosa,
pujante. Sus
primeros
pobladores, que a a
postre maduraron la idea
de que ellos fueron sus
fundadores. Y le dieron
a esta tierra la
posición que siempre
debió tener.

Y nuestros abuelos se
sintieron orgullosos de
ser de aquí. La
recorrieron poniendo en
orden lo desordenado e
infundiéndole el respeto
que pusieron como
ejemplo a sus hijos
advirtiéndole que la
apropiación de lo ajeno
se tomaba como raterismo
y castigado por la
justicia, que en esa
época era pulcra,
diáfana, sin lentejismo
ni pirámides, ni ‘yidispolítica’,
ni ‘parapolítica’, ni
presidentes soberbios,
ni ‘chuzadas’, ni
benevolencia de parte de
la justicia hacia el
criminal, sólo existía
una justicia con hombres
justos. He ahí esa
abismal diferencia a la
ley de hoy en día. Sigue
aún esa justicia de
ruana.
Nuestros alcaldes se
convirtieron de la noche
a la mañana en un Esaú.
La han vuelto triste y
fea, la han vuelto de
limones, esa amargura
que se siente cuando se
olvida. La han vuelto
oscura, patria joven y
diurna, la volvieron
anciana.
Hoy se miran amaneceres
grises, al verdor de su
loma le quitaron el
canto
alegre de pájaros verdes
a esta patria de
campesinos. Tus montes
tienen hambre, y sed tus
labriegos, patria de
intelectuales. No hay
claridad en tu progreso,
te han manchado tu
vestido blanco con el
rojo de sangre humana. A
esta tierra le han
quitado todo lo que
tiene.
La han dejado sola,
desamparada, vale más el
valor de la codicia que
el deseo del hambre de
hacer algo por ella. Hoy
tenemos alcaldes
insensibles al dolor de
sus coterráneos. La
necesidad deambula por
las calles ahuecadas
donde una vez se miraba
un pavimento. La
corrupción es el pan de
cada día.
Todo esto se aplica aquí
en nuestra tierra
Sabanalarga y llega de
este modo esa
degradación por el
manejo de lo que le
pertenece al pueblo y
que no es la aplicación
de lo que significa
democracia.
Víctor M. Conrado Mattos C.C. 7.409.666
Barranquilla
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